Desde el siglo XVI hasta mediados del siglo XVIII supimos de las visitas de corsarios y piratas ingleses a nuestras costas.
Sin embargo, el afán científico fue también una motivación para el estudio y aventura en nuestras tierras de los viajeros anglosajones. Entre otros casos, encontramos las historias de John Byron, George Vancouver y James Cook en el siglo XVIII.
Durante el siglo XIX, a raíz del comercio entre Chile, Europa y otras colonias, hubo gran afluencia de viajeros ingleses, que solían ingresar por Valparaíso. Algunos de ellos, dotados de cierta finura y cultura literaria, fueron prolijos en la escritura y publicación de de sus registros en nuestras latitudes. Hoy, sus escritos son un materiales valiosísimo para el análisis de nuestra historia política y social, los vicios y virtudes de aquellos años, considerando que carecen de prejuicios o de bando local que los induzca.
Vancouver, Samuel Haigh, Gilbert Farquhar Mathinson y Maria Graham son algunos de los que describen su paso por Casablanca, parada inevitable en medio del camino desde el puerto principal a la capital.
Journal of a residence in Chile, during the year 1822 and a voyage from Chile to Brazil in 1823 / by María Graham. London : A & R. Spottiswoode, 1824
El viaje de Valparaíso a Santiago era duro: "Por fin llegamos a Casablanca, pequeña aldea con una posada decente, distante de diez leguas del puerto, donde nos detuvimos a pasar la noche" cuenta Mathinson en marzo de 1825.
30 años antes, en 1795, Vancouver cuenta que "... las casas, como todas, están pintadas de blanco, tiene un buen aspecto de lejos.." Pero luego prosigue menos benevolente y describe la falta de limpieza de las mismas y la pereza de sus habitantes.
"El Villorio de Casablanca es chico, con escasos habitantes, pero es gente educada y agradable", nos relata el comerciante Haigh en 1820.
El Diario de mi residencia en Chile, de Maria Graham, es otro testimonio valioso por la abundancia de detalles que llaman la atención de esta viajera en 1822: "es célebre por su mantequilla.. pero debe su principal importancia a que es la única población que hay en el camino entre el puerto y la capital.." Destaca la importancia estratégica de Casablanca para el comercio chileno. En lo anecdótico, celebra el descanso que tiene en la posada de un inglés de raza negra.