Romántica e histórica, Verona cautiva desde el primer paso con sus calles empedradas y rincones que inspiraron a Shakespeare para situar allí la tragedia de Romeo y Julieta. La ciudad presume más de 2.000 años de historia visible en su arena romana, sus elegantes piazzas y su atmósfera vibrante de cafés, trattorias y moda italiana contemporánea.
Un museo a cielo abierto
Pasear por Verona es viajar en el tiempo: la Arena de Piazza Bra ―el anfiteatro romano mejor conservado del mundo―, la majestuosa Piazza Erbe con su fuente y palacios barrocos, y Piazza dei Signori, antiguo centro de poder, recuerdan por qué la UNESCO declaró la ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Diversidad en cada copa
A pocos kilómetros del casco urbano se despliega un mosaico de paisajes vitivinícolas que dan origen a 15 denominaciones DOC y 5 DOCG, reflejo de la increíble variedad de estilos que ofrece Verona:
- Amarone della Valpolicella (DOC y DOCG)
- Valpolicella & Valpolicella Ripasso
- Soave & Soave Superiore (DOCG)
- Bardolino & Bardolino Superiore (DOCG)
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Lugana, Custoza, Lessini Durello
El abanico va desde blancos frescos y minerales hasta tintos profundos y estructurados como el icónico Amarone, elaborado con uvas parcialmente pasificadas que concentran aromas de frutos rojos maduros y especias.
Enoturismo a la vuelta de la esquina
Las viñas se extienden entre el lago de Garda y los montes Lessini, a tan solo 20–30 minutos en automóvil del centro. Esa proximidad permite combinar la vida urbana con recorridos por bodegas familiares o cruces arquitectónicos vanguardistas, siempre con la hospitalidad italiana por bandera. Además, la excelente conectividad (aeropuerto a 10 km y estación Verona Porta Nuova en la intersección de las líneas Milán‑Venecia y Roma‑Brenner) facilita enlazar la experiencia con destinos como Venecia o Milán.
De Casablanca a Verona: dos valles, una misma pasión
En El Refugio Casablanca compartimos con Verona la búsqueda constante de expresión del terroir y la vocación enoturística. Mientras nuestro Valle de Casablanca resalta por la influencia costera que da vida a Sauvignon Blanc y Chardonnay vibrantes, Verona ofrece la intensidad de sus tintos y la complejidad de sus blancos históricos. Visitar ambas capitales del vino permite descubrir cómo climas distintos pueden producir experiencias igualmente memorables.
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